jueves, 18 de junio de 2009

Anecdota de una mujer ayudada por los principes

«Doña Letizia se agachó, le tomó la mano y le preguntó cómo se encontraba» «Estamos realmente emocionados con la humanidad de la pareja real»El mareo por calor es algo habitual. Que te ayuden, en esa circunstancia, los mismísimos Príncipes de Asturias, ya no tanto. La imagen de una mujer que perdió el conocimiento a la salida de la plaza de toros de Las Ventas dio ayer la vuelta al país. Tanto don Felipe como doña Letizia se interesaron por ella y acudieron a auxiliarla. La protagonista de esta curiosa noticia es de Granada y muy conocida. Se llama Mari Carmen Caballero y su marido, José Álvarez, uno de los propietarios, junto a Carlos Nestares, del restaurante Las Tinajas. Aficionados a la fiesta taurina, el matrimonio se desplazó a Madrid para disfrutar de la corrida de la Beneficencia que, en esta ocasión, no presidía el Rey, pero sí los herederos de la Corona. En un intento por saludarles a la salida del festejo, un grupo de personas se apostó tras las vallas de protección. «Hacía mucho calor -manifestó Pepe-, y de repente, mi mujer se encontró mal; los escoltas de Sus Altezas, al darse cuenta, nos llevaron a la zona acotada, donde se encuentran los coches oficiales. Inmediatamente, los Príncipes que también se percataron, se acercaron a nosotros y la propia doña Letizia se agachó para tomarla de la mano y preguntarle cómo se encontraba». Fue una situación de las que no se olvidan: «el Príncipe pidió que viniera su equipo de médicos -que les acompañan habitualmente- y tuvimos toda la ayuda, mientras ellos permanecieron un rato a nuestro lado». Posterior interés Trasladada a la sala donde se reciben a las autoridades, la atención fue continua entre una nube de fotógrafos y cámaras que recogían el instante. Ese fue el motivo, además de la recuperación de Mari Carmen de que, finalmente, don Felipe y doña Letizia se marcharan de la plaza. Pero no quedó ahí la historia. Don Felipe que ha comido en dos ocasiones en Las Tinajas -la última vez que Pepe pudo saludarle fue con motivo de la inauguración de la nueva sede de la Cámara de Comercio-, pidió al médico jefe que llamara al matrimonio para constatar que todo había quedado en un susto. «Estábamos cenando en Lucio y en dos ocasiones sonó el teléfono. Le dije que todo estaba bien; pero me insistió en el interés personal del Príncipe Felipe por conocer el estado en que se encontraba mi mujer. Estamos realmente emocionados con la humanidad de la pareja real». Ahora, las llamadas provienen de amigos y familiares que, conocedores de la situación, se han preocupado por la salud de Mari Carmen que, según su marido, «está perfectamente. Se confirma que fue el calor la causa de su malestar pasajero». Pero ahí quedan, para la galería fotográfica del que es uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad, la reseña de un mareo muy «real».

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